La Rosa Blanca fue un grupo de resistencia organizado en la Alemania nazi, que abogaba por la resistencia no violenta contra el régimen. Hoy la resistencia es contra la supremacía ideológica, aquellos que se sienten con un derecho a imponer su criterio sin tener en cuenta el bienestar y el progreso de la sociedad. Contra aquellos que anteponen intereses personales o partidarios ante los de la nación o la república. Enfrentar la violencia con sabiduría, Rosa Blanca Resistencia Pacífica.
martes, 4 de septiembre de 2012
Delirio
“Estado de alteración mental, generalmente provocado por una enfermedad o un trastorno, en el que se produce una gran excitación e intranquilidad, desorden de las ideas y alucinaciones” La verdad es que delirio define bastante bien el estado general del gobierno y sus miembros. Digo, no hay que ser una mente brillante o un sabio para notar cuánto delirio rige nuestros destinos hoy. Cualquiera que escuche por ejemplo los reportajes a los involucrados en el paro del subte puede ver que en realidad por ejemplo los metrodelegados no tienen muy claro cuál es el verdadero motivo por el que mantienen la medida de fuerza. De igual modo los políticos no parecen tener muy claro por qué no les deben dar lo que piden, o si ya se lo dieron y los gremialistas agregaron nuevas exigencias al menú. En este “estado” en el que todos hablan y nadie se escucha es posible oír las más inverosímiles explicaciones a fenómenos inexplicables. Yo entiendo la pasión que se ve en los hinchas de fútbol, ahora de ahí a decir que los barras son fervorosos simpatizantes hay una gran diferencia. Cuando hablamos de barras nos referimos a delincuentes que copan las canchas y privan a los demás del deporte; sin embargo para nuestra presidente son sanas personas que cantan y por mantener alto el nivel del aliento a equipo se pierden el partido.
Cualquiera puede darse cuenta que es importante reeducar y reinsertar a los delincuentes; pero la forma, el tiempo y el alcance de esto es discutible. Es decir que un reo alcance un beneficio cuando ya ha cumplido gran parte de su condena y ha demostrado que es digno de la confianza que en él se deposita, es lo más lógico. Ahora que alguien que recién ha entrado en el sistema penitenciario ya consiga salidas es ridículo. El proceso de reformar a un delincuente no puede tomarse tan a la ligera, porque sino se está denigrando al proceso y puede que un día se termine por pensar que nadie merece una segunda oportunidad. Un juez que autoriza una salida de alguien que recién ha sido encarcelado y más aún si lo hace sin conocer a fondo la situación y la conducta del reo está cometiendo mala praxis, porque es negligente. No se está preocupando ni por el preso ni por el resto de nosotros y debería ser juzgado y condenado. Cuando un juez deja salir a un asesino o un violador que no está aún rehabilitado nos pone en peligro a todos incluyendo al delincuente, pues le sirve en bandeja la posibilidad de reincidir, eso no es preocuparse por los derechos humanos eso es estupidez con cargo en la función pública.
Ilusión, ver o no ver (querer ver) el oficialismo se ufana de su lucha contra los monopolios de medios, contra la concentración de la opinión y sin embargo en su construcción de poder han aglutinado más medios que ningún otro gobierno o empresa. El detalle es que quien compra elige y es por eso que los medios no oficiales superan por amplio margen la circulación de los oficiales; si el diario no me gusta no lo compro, si el programa me miente cambio de canal. En su lógica de fantasía si logran copar todos los medios van a lograr que sólo consumamos su opinión, sin embargo lo mas probable es un apagón masivo. Por otro lado es descarado que quien vehementemente defiende la ley de medios lo haga incumpliéndola al hacer abuso de la cadena nacional. Es decir la presidente le pide a Clarín que cumpla la ley que ella esta violando. Además no queda claro si el cumplimiento de la ley de medios será universal (como corresponde) o si sólo se aplicará a los opositores (como es probable).
Pero tal vez el mayor delirio no sea del gobierno sino nuestro, al creer y aceptar que este embrollo de medidas caóticas, desmesuradas, desenfocadas y arbitrarias que se nos presenta como “el modelo” puede llevar a una mayor justicia social y a un más integrado. La verdad es que el odio genera odio, este gobierno no busca integrarnos sino imponernos su pensamiento. Buscar la justicia es esencial para cualquier sociedad, pero no es verdaderamente justicia cuándo es sólo para algunos. Los crímenes contra la humanidad deben ser juzgados así como también los delitos de corrupción de hoy. No es justicia si se manosea. En palabras de Tato Bores “Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados”. Algunos prefieren ver sólo su bonanza personal ignorando la desenfrenada corrupción, pero han de saber que eso que se roba falta de algún lado, y que cuando no quede más para saquear nos van a incautar con fines patrióticos una vez más. Mientras tanto seguimos delirando si es de izquierda o de derecha.
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