Imagen mental engañosa provocada por una falsa percepción de la realidad debida a la interpretación errónea de los datos que perciben los sentidos. Esta definición de ilusión describe muy bien ciertos fenómenos más que evidentes en el comportamiento del gobierno y en el nuestro propio como sociedad. Todos sin importar el color político vivimos en una ilusión negándonos a ver la realidad y repitiendo en el presente errores ya cometidos en el pasado (a veces no tan distante).
Una forma de mundo ilusorio sería el ocultamiento, es decir hacer parecer que algo no está cuando en realidad si está. El primer ejemplo de esto es la inflación, la voz oficial niega por completo su existencia y a medida que uno se aleja del gobierno nacional va creciendo el porcentaje. Las provincias tienen índices que aunque conservadores algunos en general duplican al del INDEC; los sindicalistas hablan de la “inflación del supermercado”; para más enfrentados opositores estamos casi en hiperinflación. El problema no es en sí el ocultamiento sino, que el mantener vigente la mascarada lleva invariablemente a no tomar medidas contra el problema. El gobierno no puede tomar medidas correctas contra la inflación si esta no está ahí; supongamos que mañana el ministro de economía Moreno... no Kicillof... no tampoco, bueno quien quiera que sea que ocupa el cargo anuncie medidas contra la inflación. En ese impensable escenario el gobierno en uso de su perfección absoluta estaría reconociendo que metió la pata con la economía. La negación ha llegado a extremos tan inverosímiles que el sólo hecho de aceptar la existencia de la inflación probablemente provocaría una escalada en los precios. Hay que recordar que quienes difundan datos sobre la inflación son delincuentes y por lo tanto son tratados como tales; por eso los diputados difunden índices que algunas consultoras les entregan en secreto, esto es porque los diputados al tener fueros por ahora están a salvo de Moreno. Es más con la nueva ley antiterrorista uno incluso puede ser considerado una especie de Taliban de las pampas ya que difundir que hay inflación puede generar el pánico entre la población lo cual es un acto de terrorismo.
En la misma línea podemos ubicar a la inseguridad, que es una sensación es decir la gente tiene la sensación de que le roban, algunos incluso de que los matan. La negación del gobierno es tal que en lugar de tener al frente del ministerio de seguridad a alguien proveniente de las fuerzas de seguridad con experiencia y capacidad para el cargo; tenemos a una abogada que si vamos a calificarla de acuerdo a su desempeño, es decir a la seguridad, probablemente la reprobaríamos. Sin embargo seguridad debe haber porque no es un tema de agenda, todo lo contrario quienes dicen que hay inseguridad son golpistas de derecha. ¿Desde cuándo querer vivir tranquilo y no tener miedo es de derecha? La verdad es que en este país se habla tanto de la derecha y la izquierda que ya nadie recuerda bien a que se refiere eso. La derecha y la izquierda son conceptos sobre el estado y sobre como debe este organizarse; en lo que refiere a la brutalidad, la tortura, los muertos, los desaparecidos, la falta de libertad, etc sobran ejemplos de ambos extremos. El problema no es si la izquierda o la derecha sino el fanatismo y la estupidez con la que se implemente cualquiera de las dos pero, eso es para otra entrada (prometo algún día hacer una, al menos). Supongamos que de repente el estado comienza a tomar medidas reales sobre la seguridad; las cuales serían: educación y trabajo para el largo plazo; y justicia para los delincuentes en el corto plazo. De pronto se llenarían las carceles, los juzgados estarían infinitamente más colapsados de lo que están hoy en día. Pero por sobre todas las cosas el presupuesto que se tira en circo (pan ya no es lo que abunda con la inflación) debería utilizarse para cosas útiles como educación y generación de empleos, cosa que hoy se prefiere reemplazar con planes vacíos.
Otra forma de ilusión es cuando vemos algo que en realidad no está ahí y el mejor ejemplo de eso son las reservas del Banco Central. Es que la verdad por qué se tomaría tantas molestias el gobierno persiguiendo como delincuentes a quienes quieren aunque más no sea comprar 100 dólares, en verdad como dicen el Central está atiborrado de divisas. Cuanto más intentan frenar la compra de “verdes” más me convenzo de que en realidad los dólares no están, son un espejismo producto de ciertas maniobras, aún desconocidas para el público. Mediante las cuales han vaciado, hipotecado o cosa similar al Banco Central y por lo tanto los dólares o bien no están o bien están comprometidos a algo que aún no nos dicen. Es que, de qué otra forma puede explicarse la vehemencia con la intentan impedir la compra de billetes americanos. No sería tan descabellado pensar que si pueden disimular la inflación con el INDEC no puedan mediante algún mecanismo similar disimular la falta de reservas. Seamos razonables el entredicho económico que ha generado el “corralito verde” es tal, que su costo en todo sentido solo se vuelve razonable si en verdad las supuestas abultadas reservas no son más que una simple ilusión.
La Rosa Blanca fue un grupo de resistencia organizado en la Alemania nazi, que abogaba por la resistencia no violenta contra el régimen. Hoy la resistencia es contra la supremacía ideológica, aquellos que se sienten con un derecho a imponer su criterio sin tener en cuenta el bienestar y el progreso de la sociedad. Contra aquellos que anteponen intereses personales o partidarios ante los de la nación o la república. Enfrentar la violencia con sabiduría, Rosa Blanca Resistencia Pacífica.
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