domingo, 14 de julio de 2013

Asumida parcialidad

Es extraño ver las reacciones diferentes que experimenta una misma persona ante hechos similares pero, con contenido político diferente. Está comprobado que nuestras creencias influyen en nuestro modo de ver las cosas, lo inusual es la exageración que presenta este fenómeno en los argentinos, ya sean partidarios o no del gobierno, funcionarios o simples ciudadanos. Debería preocuparnos que la propia subjetividad nos lleve por caminos tan distintos de razonamiento en unos y otros casos. 
Vamos de a poco con unos ejemplos para aclarar un poco el tema que reconozco viene confuso y espero no herir muchas susceptibilidades cuando más de uno se vea reflejado en este texto. Hace poco el presidente Evo Morales fue obligado a realizar un aterrizaje y fue detenido, debido a que se sospechaba que podía transportar a un traidor americano. Varias cosas con respecto a esto pero, comenzaremos con Evo. Es incuestionable que está mal impedir el paso de un presidente soberano que cuenta con la protección de la inmunidad diplomática (la de todas las películas de espías). Queda claro que cuando se amenazan ciertos intereses no hay tratados internacionales que valgan, y que la libertad es más libertad en USA que para el resto (menos para the ass of the world, o sea nosotros). No existe justificativo que pueda avalar lo que ocurrió en Europa con el presidente de Bolivia, sin embargo hay quienes lo aplaudieron sólo por estar en contra de Evo o de nuestra presidente. Utilizar esto con fines de campaña en la Argentina está mal de igual manera que justificarlo debido a la identidad de los involucrados, sin embargo eso fue lo que pasó.
Capítulo a parte es Snowden quien es sin lugar a dudas un traidor y por lo tanto de acuerdo a las leyes vigentes un delincuente. Que como todos en este mundo merece asilo si sufre de persecución, aunque no debemos olvidad que divulgar secretos que afectan a la seguridad nacional es un delito en casi todos los países del globo, y en algunos se castiga con la muerte. El hecho de que los perjudicados por las maniobras de espionaje seamos todos quienes mantenemos un cierto nivel de actividad en la red, no hace que Snowden sea un héroe, ni tampoco convierte al espionaje indiscriminado en un derecho de los estados. Ambas cosas están mal pese a todo le debemos cierta gratitud ya que puso al descubierto una maniobra muy cuestionable y si bien es poco probable que haya cesado por salir a la luz, por lo menos ahora podemos elegir con cierto conocimiento si publicar o no nuestra opinión.
A nuestra presidente le corre frío cuando piensa que los Estados Unidos la espía a través de internet. Me pregunto que deberíamos sentir nosotros las víctimas del proyecto x, que quede claro que no está terminado y que a la larga ese u otro proyecto servirá para espiarnos a todos quienes pensemos distinto y nos atrevemos a expresarlo (asumido el riesgo claro). En lo que respecta a los K ya trasciende el doble discurso es más bien una doble moral, ya que ante situaciones idénticas en su contenido opinan de forma opuesta según mejor se acomode a las necesidades del relato. Además tal vez al señora presidente debiera recordar que además ellos intimidan ademas de espiar. Hace un tiempo se obligó a todos los que tuviéramos una actividad registrada por la gestAFIP a exhibir un código QR, para quienes no lo hayan intentado les sugiero que lo escaneen con un celular y podrán ver una página donde entre otros datos privados (que nadie tendría por que conocer) existe un botón que permite hacer denuncias en tiempo real. Lo que significa que una horda de militontos bien podría salir por las calles a patrullar denunciando de forma anónima (sin ningún tipo de responsabilidad) a todos aquellos a los que se considere enemigos del modelo. 
Queda claro que es una obligación del estado la de apoyar a la cultura y a los deportes, que promueven una mejor sociedad. Ahora bien de ahí a dilapidar varios miles de millones en fútbol hay un abismo conceptual. El deporte rentado no debiera ser apoyado por el estado, sino que ese dinero se debiera utilizar en garantizar el acceso de por ejemplo los chicos en situación de riesgo. Quienes pudieran mejorar su situación mediante la practica de un deporte colectivo, pero claro eso es de gorila, en cambio regalársela a los barras y a Grondona es Nac&Pop. Le pagamos al fútbol y al automovilismo profesional en lugar de apoyar a nuestros atletas olímpicos. Una sociedad sin cultura está condenada y no hay cultura sin artistas; y estos como toda persona no son ajenos a tener una opinión política la cual tiene el mismo valor que la de cualquier ciudadano. Un artista puede ser un ejemplo el su campo y profesar la ideología que crea más justa y correcta, eso no puede someterse a consideración alguna. Lo que está mal es que el estado financie con dinero del erario público proyectos personales de miembros del gobierno, o que se utilicen recursos que se desvían en corrupción disfrazados de subsidio al arte. No debe entenderse que se está en contra de los actores o del cine nacional, de lo que se está en contra es que se gasten millones en documentales y tiras que nadie ve. No sería mejor a caso utilizar ese dinero para promover formas descentralizadas de cultura y dar a los jóvenes la posibilidad de desarrollarse a travéz de la participación directa en la generación de contenidos. Algunos de nosotros damos por sentadas las herramientas que ofrece la tecnología actual en cuanto a la generación de contenidos como los blogs, fotologs, etc. Sin embargo estos recursos pese a estar disponibles para cualquiera no son en absoluto accesibles para todos debido a diversas barreras culturales; en lo personal creo más útil acercar estos recursos a todos en lugar de producir cine sin público.
Aceptamos como normal la dualidad de criterios, nuestros políticos explotan esta anormalidad para dotar 
de falso sentido a su mensaje. Se agrede al contrincante por lo mismo que se premia a quien acompaña la ideología. Tenemos una asumida parcialidad enquistada en nosotros y nuestro gobierno y por ello siempre seremos un país parcial, sólo una parte de lo que pudiera ser el todo. 

miércoles, 10 de julio de 2013

Investidura


Existen ciertos momentos donde se produce un cambio de paradigma y nos sorprende a todos mirando para otro lado, no es que suceda de repente sino que el cambio fue lento, progresivo y en un aspecto sobre el cual no estábamos atentos. Hace tiempo la investidura de un cargo público implicaba por parte del investido un conjunto de cualidades en cuanto a su capacidad y a su comportamiento, que los hacían dignos del respeto que supone la posición alcanzada. Uno suponía que un funcionario debía ser alguien capacitado, es decir con estudios o conocimientos suficientes como para desempeñar su función con idoneidad (cualidad de museo en estos momentos). Se daba por sentado que quienes ocuparan lugares en la función pública debían ser gente de bien, personas razonables y educadas. Durante mucho tiempo supuso un honor acceder a los cargos del estado y cuanto más alto en la jerarquía más alto el honor. Hoy sin embargo vivimos el final del cambio de este paradigma, resulta difícil suponer que puede darse una vuelta a tiempos mejores, aunque siempre mantengo esa esperanza.
Hace ya cierto tiempo que comenzó la declinación en la calidad de nuestros políticos, descenso que se ha convertido en caída libre en la década K. Lo que en un principio podía verse como un caso aislado hoy en día es más bien la regla. Antes era extraño notar la falta de cultura en un diputado o un ministro, hoy es normal ver la falta total de capacidad en los funcionarios. Hoy hay legisladores más preocupados por encontrar (si hace falta a la fuerza) una discriminación de género en los huevos Kinder que en ver el genocidio cometido sobre los pueblos originarios y no por Cristóbal Colón sino por los gobernadores K. Ya no sorprende que un legislador olvide las S cuando habla es más bien normal, el uso del lenguaje ha caído en desgracia en boca de nuestros políticos, quienes no pareces ser capaces de articular una frase bien armada “Cuando yo termino usted habla” (está como lo dijera Moreno). Podría seguir con esta línea argumental y encontrar ejemplos suficientes en la última semana como para llenar varios volúmenes. 
Lamentablemente no se detiene ahí sino que la debacle continúa y se agrava. Ya no sólo no poseen cultura o formación suficiente y necesaria para ocupar el cargo, sino que también se ha perdido toda norma de convivencia. Mientras nuestra presidente “lara lara lara” y algunos tildan a la iglesia de inquisidora o reivindican el holocausto y ven conspiraciones sionistas a su alrededor, yo me pregunto si puede de esta gente surgir algún destino mejor. Veamos si puedo ser más claro, hay funcionarios que creen que con una cámara en la cabina de los trenes los frenos no van a fallar por falta de mantenimiento por fallos de diseño. Hay quienes creen que controlando los precios de 500 productos se evitará la inflación en los 9500 restantes que conforman la canasta básica. Estos individuos suponen que la gente que sacó sus U$S por desconfianza en las políticas económicas del estado ahora se los van a traer y los van a entregar a cambio de bonos que solo cuentan con el aval de esta manga de inútiles.
Muchos cómplices (antes militontos o militantes) se ofenden por las supuestas agresiones a la presidente o a algunos miembros de la banda. La verdad es que esta gente denigra la investidura del cargo que ocupa, no respetan las decisiones de la justicia, atropellan al poder legislativo al conseguir sanciones de leyes de forma irregular. Mancillan el honor del cargo por su falta de conciencia democrática y republicana. Pese a todo y sin embargo muchos deciden seguirlos; se festeja el desacato a las normas, se maniobra en una constante rebelión con el sentido común, esperando de ello resultados contrarios a toda lógica y luego ante la iteración del fracaso se elige un culpable de entre los enemigos. Quien no comparte el pensamiento es descalificado y asociado a crímenes pasados, muchos de los cuales en realidad contaron en su momento con la participación de funcionarios del actual gobierno.
Transitamos por un cambio de paradigma, en el cual se está cambiando el sentido no sólo de la política sino del gobierno en sí mismo. Ya no hay ideas ni ideologías detrás de los movimientos políticos solo personas, los movimiento mesiánicos son la regla. La calidad de los políticos está más que degradada, ya ni siquiera se molestan en ocultar su corrupción, y tal vez esta sea la primera administración en la que pese a todo es casi imposible encontrar un político honesto. Todos intentan llegar ya sin importar el discurso o el rumbo, solo llegar, llegar a robar y poco más. Es decir que la ineptitud o la delincuencia son ahora los nuevos parámetros sobre los que medimos a nuestros gobernantes. Ya no es una cuestión de falta de respeto hacia quien ostenta el cargo sino que se ha perdido el honor y la dignidad de la investidura.