jueves, 4 de septiembre de 2014

Rosa Blanca

Hace mucho ya que no publico nada, aunque he estado escribiendo un poco, la verdad es que no sentí que nada de ello estuviera listo para salir. Cuando comencé el blog mi intención no era difundir o comentar noticias, para eso están los diarios, mi intención siempre fue exponer un punto de vista sobre las cosas. Por sobre todo poner aquellas cosas que no entiendo por escrito en un intento de alcanzar un poco de comprensión, sobre nosotros como sociedad. Este último tiempo sin escribir ha sido para reflexionar y encontrar primero un punto lo más neutral posible desde donde mirar las cosas. La realidad lleva una velocidad tal, que resulta casi imposible pararse a mirar, en la vorágine de hechos insólitos que se suceden uno tras otro parece que hemos perdido la capacidad de poner la realidad en perspectiva para poder comprenderla aunque sea un poco.
Hay muchas cosas que no entiendo sobre nuestra reacción como sociedad pero, una es la que se destaca. Hace tiempo que es evidente que venimos de mal en peor, con un estado que cada vez se asemeja más a los totalitarismos que tanto dice combatir. Una corrupción que no se ha visto nunca sumada a la inoperancia e ineptitud (según corresponda) de los funcionarios públicos que llega a crear situaciones insostenibles. Sin embargo todavía hay quienes creen que pueden ser parte de la solución. Los principales exponentes de los ministerios, no tienen la preparación requerida para ocupar su cargo en la mayoría de los casos, y aquellos que sí la tienen parece que han olvidado todo cuanto habían aprendido o que alguien cometió un error de tipeo al darles el diploma. En las líneas inferiores el estado está lleno de amigos y acomodados que rara vez cumplen los requisitos mínimos como para limpiar la oficina que ocupan y mucho menos para realizar el cargo que se supone que tienen. Además es insólito la capacidad de crear cargos a medida, ya ni siquiera se busca que parezcan ñoquis intentando que el puesto tenga algún sentido práctico. Por el contrario día a día se crean cargos dentro del estado donde ni quien lo requiere ni quien lo ocupa podrían de manera alguna explicar de qué se trata. Y pese a todo hay todavía quienes creen que este es un buen gobierno.
Hemos llegado a un punto tal dónde no reaccionamos ni siquiera frente al hecho que el vicepresidente (es decir el segundo al mando) ha falsificado los papeles de su vehículo y anda suelto y sonriente por ahí. En un monólogo Pinti contaba sobre un candidato a presidente de los Estados Unidos de quien se decía era el siguiente Kennedy, estaba arrasando en las encuestas hasta que se supo que tenía un romance con una modelo, ese fue el fin de su carrera. Según contaba el razonamiento de los estadounidenses era que si a la mujer que había elegido para toda su vida, a la madre de sus hijos, la engañaba a ellos que no los conocía “les rompía el culo”. Nuestro caso va más allá, es simplemente patológico, los papeles los falsificó para evitar dividir el auto en un divorcio; ahora bien si es capaz de hacer eso por unos mangos, imaginemos lo que sería capaz de hacer por unos millones. Resulta interesante ver hasta dónde llegaría una persona así, digamos a tal vez, comprar la máquina de hacer billetes, oops, mala mía, de hecho lo hizo. Y sin embargo hay quienes todavía creen que es una campaña organizada para desestabilizar a un gobierno que está a favor de la gente.
Lo mismo pasa con la deuda, que es el resultado de la mala praxis sostenida en el tiempo por los sucesivos gobiernos. Sin embargo está ahí y no hay más remedio que pagarla. En lugar de intentar obtener quitas y descuentos, facilidades de pago, y ayuda extranjera, nos dedicamos a embarrar la cancha en un intento de fútil propaganda interna que justifique la posterior caída del sistema económico, como una maniobra de potencias extranjeras hostiles. El gobierno fomenta la paranoia social, quiere ver enemigos en todos lados para justificar su ineficiencia, su inoperancia, su corrupción. Lo triste como sociedad es que siendo tan evidente la maniobra todavía hay quienes creen que todo eso puede ser cierto y se disfrazan de buitres en una plaza.
El movimiento Rosa Blanca se desarrolló en la Alemania Nazi como una oposición pacifista al régimen. El nombre del blog se refiere a ellos en cuanto siempre resistieron con acciones no violentas, y también porque todos fueron ejecutados por los nazis. De igual manera creo que la única forma de resistencia a la corrupción gobernante y a la estupidez generalizadas es de forma pacífica, a la vez que tengo la certeza que está destinada a fracasar. Hemos llegado como sociedad a un punto en el cual sólo una catástrofe de proporciones épicas podría hacernos volver al camino de los valores, el respeto de la ley y la planificación de objetivos para generaciones futuras cuyos frutos no llegaremos a ver.